El presidente del grupo Sidenor, José Antonio Jainaga, ha revelado que ya se han producido algunas conversaciones informales y que la “idea gusta” a algunos agentes del sector.
La intención de Jainaga es proteger lo que queda del sector siderúrgico vasco aglutinando para ello el máximo número posible de acerías en torno a un nuevo proyecto”, según ha matizado.
Para evitar los problemas que atraviesan algunas empresas, así como los costes que tienen que asumir en su producción terminen forzando su desaparición, es necesario “juntar empresas y reforzarlas”, ha expuesto Jainaga.
La propuesta de Jainaga se centra en las acerías, no en las compañías que fabrican acero para su propio consumo como es el caso de la compañía de Amurrio.
El foco en las acerías
Aceros Olarra en Loiu, Arcelor Mittal -que cuenta con plantas productivas en Sestao (la Acería Compacta de Bizkaia) y Olabarria- y Celsa, propietaria de Nervacero, son básicamente las puertas a las que tocará la compañía siderúrgica vizcaína.
El objetivo es crear un gran grupo que comparta cuestiones como el departamento comercial o las tareas administrativas y centralice las compras de materia prima y energía con el consiguiente abaratamiento de los costes de producción.
Producto de calidad, clave de la competitividad
Jainaga ha admitido que algunos agentes implicados pueden sentirse “incómodos” con el proceso de concentración que está planteando. Reconoció, de este modo, que puede haber cierta oposición desde el punto de vista sindical por el ajuste laboral que podría implicar. E incluso algunos directivos de otras compañías pueden ver amenazado su puesto de trabajo.
Sin embargo, Sidenor se siente fuerte de cara a esas hipotéticas alianzas tras haber dado la vuelta al grupo, con mejoras productivas y reestructurando su deuda y su presidente dejó claro que su intención sería liderar las fusiones.