La muestra fue realizada a todos los pacientes COVID-19 (249) ingresados ​​en el Hospital del Mar durante 48 horas entre el 9 de marzo y el 1 de abril de 2020. Estudiaron la severidad y progresión del virus.

Las conclusiones han revelado los beneficios de administrar suplementos de zinc  a los pacientes con COVID-19 para acelerar su recuperación y grupos de riesgo, así como para evitar la gravedad de sus efectos . El estudio ha sido publicado en  Nutrients y fue uno de los más destacados en la Conferencia sobre la COVID-19 de la European Society of Clinical Microbiology and Infectious Diseases.

Suplementar con zinc a enfermos de COVID-19

El zinc es un micronutriente esencial que influye en la interacción huésped-patógeno en el momento de la infección; equilibra las respuestas inmunitarias y también tiene una acción antiviral directa comprobada contra algunos virus. 

La deficiencia de zinc es una afección común en personas de edad avanzada y personas con enfermedades crónicas, dos grupos con un mayor riesgo de resultados de la enfermedad grave grave por coronavirus 2019 (COVID-19). La investigación presume que el contenido de Zinc sérico influye en la progresión de la enfermedad COVID-19 y, por lo tanto, podría representar un biomar útil.

Relación del Zinc y el coronavirus SARS-CoV-2

Las infecciones por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) dan como resultado una enfermedad sistémica con una variedad de resultados, desde la ausencia de síntomas hasta patologías graves y diversas, siendo la neumonía y el síntoma de dificultad respiratoria aguda los más comunes. Por lo tanto, un mejor conocimiento de los factores de riesgo que determinan la gravedad es esencial para tratar a los pacientes en las primeras etapas del COVID-19.

El zinc es un oligoelemento esencial requerido para mantener una variedad de procesos biológicos fundamentales, debido a sus funciones como cofactor, molécula de señalización y elemento estructural. Una de las funciones más importantes del zinc en nuestro es su amplio efecto sobre el sistema inmunológico, ya que tanto la inmunidad adaptativa como la innata se ven afectados por los niveles de zinc. En consecuencia, la deficiencia de zinc, debido a la baja ingesta de zinc o la mala absorción, da como resultado un desequilibrio inmunológico que en la última instancia causa un problema de salud pública con alta prevalencia en ancianos y personas con enfermedades crónicas.