Metal de transición, duro y a la par frágil, en la actualidad es de color gris brillante y muy resistente a la corrosión. Sus estados de oxidación suelen ser variables, aunque en los niveles +4 y +5 es poco frecuente encontrarlos en el Cromo. Se emplea principalmente en la Metalurgia para acabar con la corrosión y dar una forma brillante a sus compuestos. 

En procesos de cromado también se suele utilizar cromo para el anodizado del Aluminio. Además, suele ser muy común su uso y el de alguno de sus óxidos como catalizadores, por ejemplo, en la síntesis de amoníaco.

El Cromo Metal se utiliza en los metales para obtener la máxima resistencia y colores brillantes en sus acabados

Además de para la fabricación de aceros también se utiliza, aunque en menor medida, en la Fundición de Hierro, laminar y esferoidal. En el caso de la fundición de Hierro laminar, se usa en torno a 0.2-1.0% en peso para aumentar la resistencia, la dureza, la resistencia de crecimiento y cascarilla, así como la resistencia térmica.

En la fundición de hierro nodular, no es muy popular, y en los casos en los que se utiliza, es en cantidades menores al 0.3% en peso, para que crezca el límite de alargamiento.

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Historia del Cromo Metal

El químico francés, Louis Nicolas Vauquelin, descubrió este material en 1797.  A causa de sus múltiples colores adheridos en sus propios compuestos, lo llamó Cromo, que venía del antiguo latín ‘chroma’ (color).

El mineral del que Vauquelin separó sus primeras pequeñas pepitas de metal puro fue descubierto en Siberia. Se llama crocoíta y tiene el aspecto de agujas de color naranja. Está formulado con óxido de plomo y cromato de plomo y el color que produce fue llamado por los artistas "rojo cromo”.

El Cromo era capaz de generar una variedad de colores

Si se aumentaba el óxido de plomo, la tonalidad se tornaba más roja. Si  se removía el óxido de plomo del todo, se obtenía un amarillo brillante que era puro cromato del plomo. Este "amarillo cromo" le daría su color icónico a los servicios postales de Suiza y Alemania, a los autobuses escolares en Estados Unidos y a icónicos edificios como el Chrysler de Manhatan u obras de arte repartidas por todo el mundo.

Hasta que los químicos y especialistas tuvieron la oportunidad de experimentar con el nuevo elemento, el Cromo se utilizó principalmente en pintura y para elementos de escultura. Su uso cambió para ser utilizado como aditivo en los aceros a finales del siglo XIX cuando gracias a la aluminotermia, una serie de reacciones químicas donde se utiliza el aluminio como agente reductor, los químicos consiguieron obtener cromo metálico.